Recent Posts

domingo, 6 de julio de 2008

Catársis estudiantil

.
El otro día participé por primera vez de unas jornadas de becarios e investigadores de mi facultad. La experiencia fue, claro, muy bonita: estaba, junto a dos compañeros, sentados en una larga mesa repleta de abogados que presumo juris tantum, saben mucho y tienen larga experiencia en sus disciplinas.

En una de las exposiciones se tocó el tema de la enseñanza del derecho y los (supuestos) nuevos paradigmas pedagógicos. Quienes expusieron eran docentes dedicados al área civil, rama del derecho en la cual tuve la desgracia de tener los peores profesores que andan dando vuelta por allí.

En una versión académica del temperamento de La Peleadora, admito que siempre me ofusqué mucho con los profesores de civil por apegarse al estudio memorístico y poco comprensivo de la disciplina. El amor por mantenerse en la abstracción y la poca ejemplificación, la poca practicidad de toda su exposición y de los temas que tratan.

Eso me llevó a pensar cuáles fueron las mayores frustraciones que tuve en las cursadas de Dercho Civil general, Contratos, Obligaciones, reales, y demases. Y me di cuenta que sería bueno que el docente logre que el alumno vea al mundo de manera jurídica. O dicho de manera menos pedigüeña: sería bueno que uno como alumno aprenda a ver el mundo de manera jurídica y que el docente en la medida de sus posibilidadesayude a llevar eso a cabo.

Siempre imagino a Adrian Paenza en un supermercado repleto de gente, haciendo rápidas cuentas para saber qué caja le conviene elegir para irse a su casa más rápido. Es decir que observa y piensa matemáticamente; lo tiene ya incorporado. Sólo le basta hacer algunas cuentas y elegir X caja, con la cual podrá irse rápidamente (usará estadística, cálculos básicos, u otras teorías que haya estudiado que le vengan bien a tal fin). A mi me gustaría y considero que es extensible a nivel didáctico general que uno pueda, conforme estudia la carrera, ir viendo a la realidad de la misma manera que lo hace Paenza (por poner un tonto ejemplo). Es decir, ver al mundo a través de tu disciplina. Entenderlo a través de ella.

Disclaimer: Y sí, cuando uno es abogado con 10 años de experiencia ya lo logra. Debo insistir en que estoy hablando del alumno de derecho. El que está rindiendo exámenes y tratando de entender el contrato de renta vitaliacia o la hipoteca de la parte indivisa en un condominio sin indivisión forzosa con un libro en la mano.

Alguna vez un profesor de Contratos se puso a mirar por la ventana y preguntó: "Si yo dejo mi chaleco italiano en la tintorería y para ello me dan un papelito que dice mi nombre, ¿estoy en presencia de un contrato de depósito y de un instrumento privado, respectivamente?". Yo no tenía ni idea en su momento y me mantuve en silencio. Pero de alguna manera hubo una conclusión tácita: si no se entiende el Código Civil en la realidad, no hay comprensión de nada. Es estudiar abstracciones. Uno tiene que dejar un chaleco y saber qué régimen jurídico se le aplica a ese acto, y uno tiene que saber qué naturaleza tiene los distintos instrumentos con los cuales uno convive diariamente.

Me ha tocado vivir, en las materias, una falta de "bajada" a la realidad del derecho los civiles que es terrible. Falta de ejemplificación, falta de supuestos de aplicación, falta de llevar todo a la realidad, a lo palpable. He estudiado contratos que nunca comprendí su aplicación (he cursado contratos sin una profesora que lleve si quiera UN modelo a la clase para analizarlo); he estudiado acciones reales, interdictos, acciones posesorias cuya aplicación tribunalicia nunca fue expuesta; me ha pasado infinidad de veces de estudiar con compañeros y preguntarnos ¿Y ésto cuándo se usa? ¿Y esto en qué casos se da? ¿Cómo sería un ejemplo de ésto? ¿A quién se le ocurre firmar este tipo de contrato?.

Los libros pecan, muchas veces, con el mismo error. Están hechos logicamente en un lenguaje académico y no tienen salvo raras excepciones ejemplos prácticos. Ejemplos cotidianos. Claro, uno piensa que son libros de doctrina y no aputan al estudiante. Pero aun aquéllos que son especialmente hechos para el estudiantado (manuales, cursos, elementos de..., etc.) adolecen del mismo vicio: es el tratado con un par de párrafos menos. Triste es decir, que he tenido que recurrir a las famosas Guías de Estudio para buscar ejemplos claros de ciertos conceptos que ni en los libros ni en las clases he podido encontrar.

Me da la sensación de que poco sirve estudiar institutos si uno no sale a la calle y logra percibirlos. Ello implica desde los más básicos hasta los más complejos. No dudo que llegue un punto, recibido o avanzado en la carrera, en que esta posibilidad de comprensión total se pueda lograr. Pero me parece que sería mucho más práctico que se la fomente desde el estudio más básico de las distintas materias. Se podría dejar el casette memorístico para poder decir sin temor que tal o cual concepto se entendió realmente.

Seguramente esté pesimista y haya grandes docentes de Derecho Civil por allí dando vueltas. A mi no me tocaron y hoy me toca quejarme.

12 comentarios:

gA dijo...

Este estupendo post no merece no tener un comment.

Lo que dicen es tal cual. Incluso los civilistas de nueva generación (Rivera, Vallespinos, el mismo Lorenzetti) tienen ese distanciamiento con la vida cotidiana en lo que escriben.

Gómez Leo debe pensar que si pone un facsímil de un cheque y de una letra de crédito para explicar bien las cosas pierde estatura doctrinaria (no es por él en particular, es un ejemplo entre varios). Así que terminás viendo el dibujito en la guía de Editorial Estudio.

Hay libros más de "modelos", que ayudan bastante (muchos en laboral, en tributario, en previsional) pero no están en el circuito grande de la doctrina.

Tomás Marino dijo...

Gustavo:


Tal vez consideren que si usan ejemplos o una idea más cotidiana de las explicaciones, transformen al derecho en algo mundano, en algo cotidiano. Como si el derecho fuese cosa de todos los días; como si fuese un fenómeno social(?). Más allá de las ironías, a veces pienso que realmente quieran mantener un sentido abstracto y científico en sus textos por miedo a darse cuenta de que el derecho es (si es que es) una ciencia social.

Cuento una anécdota: hace poquito le hice un comentario vía mail a una docente sobre cierto malestar que ella había notado en los alumnos. Le comenté, justamente, que la materia maximizaba todas estas cosas. Habímos estudiado clases y clases la hipoteca que hace un condómino de su parte indivisa. Y estudiamos fervientemente las acciones reales para después enterarnos (por otro lado) de que nadie en su sano juicio acepta de garantía una cuota parte, y nadie en su sano juicio va por vía ordinaria para sacar un intruso de su casa, cuando tiene los interdictos que van por sumarísimo. Si bien corresponde estudiarlas, yo hubiese salido de reales creyendo que la mejor manera de sacar a un intruso de mi casa es una acción real. El juez se me reiría en la cara.

Como sea, entre otras críticas (falta de ejemplos, falta de papeles, etc.), la profesora, de muy buena manera, cayó al día siguiente repleta de papeles y nos mostró informes de dominio, ejemplos de registros de hipotecas, ejemplos de embargos, inhibiciones y otras cautelares, y nos comentó por qué no se usan las acciones reales que tanto se habían estudiado, por qué no es común la hipoteca en el condominio, por qué el uso/habitación tampoco es común, o mucho menos las servidumbres, cuándo conviene hacer un usufructo, y absolutamente todo con ejemplos cotidianos. Nos comentó casos que tiene en su estudio, o de la vida cotidiana.

La clase, coincidieron varios, estuvo genial.

Anónimo dijo...

Como docente uno necesariamente debe respetar a la hora de dar clases un contenido curricular que muchas veces hace que se aborden en clase temas que despues tienen escasa/nula aplicación práctica, creo que es absoluta responsabilidad del docente (reitero mi condición de tal) de poder llevar siempre (que el tema lo permita) el contenido del derecho a la realidad y mostrar la aplicación practica de lo que en teoría se da, como método pedagocio siempre va a ser más practico aunque al docente le provoque la necesidad de no sólo saber la teoria sino saber de que manera se lleva a la realidad ese precepto que podemos calificar de "abstracto" pero para eso tambien debemos contar con la complicidad del alumno que sepa el tema que vamos a abordar en clase eporque sino no sirve, aún cuando tratemos casos practicos va a seguir siendo una clase teorica. Gracias
PD: Igual encontrar el sentido practico del camino de sirga sigue siendo una tarea titánica.

Tomás Marino dijo...

Tato, coincido con vos.

Pero fijate que a mí no me molesta estudiar institutos obsoletos, saber de qué se tratan, o porqué en su momento se los legisló. Pero eso es válido si después de la versión oficial -o incluso durante-, se explica la actualidad, el por qué no se usa, en qué puede servir o por qué son inútiles, si lo son.

El gran error del abogado que da clase, es seguir explicando los contratos entre un sujeto A y sujeto B, creyendo que si le pone tradens y accipiens y lleva todo al espectro de la abstracción, su disciplina tiene un corte más "científico" y su idioma más técnico. Son patrañas. Uno da y el otro acepta. Period. Face it, Get over it.

No puede el estudiante salir a la calle y buscar sujetos A y B o saber que los documentos públicos son lo que dice el 979 CC. Tiene que haberlos conocido en la facultad, tiene que haberlos visto, estudiado, preguntado e indagado sobre ellos. No puede el abogado que da clase hablar sobre resoluciones judiciales y no llevar una interlocutoria, llevar una providencia simple, llevar una definitiva. Tiene que mostrar cómo se rechaza una nulidad, cómo es una expresión de agravios.

Claro que uno puede, por otros medios, conseguirlo. Pero no debe ser así. No entra en mi cabeza alguien que enseñe lo que es una sentencia interlocutoria sin tener una en la mano o varias para repartir.

Alberto Bovino dijo...

Muy bueno el post. Pero esto me ha dado que pensar en un post que se llame "Catarsis docente". I'll be back.

Saludos,

AB

Tomás Marino dijo...

Dale. No vale chumbar.

Alberto Bovino dijo...

Perdón pero, ¿qué cuernos significa "chumbar"?

AB

Tomás Marino dijo...

No vale chumbar era, en mi época, casi una regla de oro de ciertos deportes de pelota que -por las dimensiones del campo de juego, por lo general improvisado- indicaba que no era legítimo tirar a matar, pegarle "demasiado fuerte". Eso sería "chumbar"; "darle demasiado fuerte" o duro.

Era una regla ineludible. Si chumbabas eras medio trampa. Tal como jugar al metegol y hacer molinete (pegarle al fierro para que los muñecos giren indiscriminadamente y a toda velocidad). Es inaceptable.

Agustín Eugenio Acuña dijo...

Estuvo buenísimo el post, es tal cual. Pero doy gracias a Dios que en mi Facultad disfruté y disfruto de profesores que dan ejemplos y bajan a la realidad los conceptos que andan dando vuelta por el cielo empíreo.

Anónimo dijo...

mando un chivo gracias!
Taller:
Selectividad y Delitos de Poder.
Disertará:
Alejandro Alagia.
Viernes 25 de julio 18 hs. En Auditorio INECIP Talcahuano 256 primer piso.
Entrada Libre y Gratuita.
Organiza:
"Centro de Investigación y Prevención de la Criminalidad Económica"
http://www.ceppas.org/cipce

William Garcia Machmar dijo...

Un excelente ejemplo de una explicación teórica reforzada por un buen "cable a tierra" es el tratado de georges vedel de derecho administrativo. en el, luego de terminar con los requisitos de admision del recurso por exceso de poder, trae un formulario de una sencilla pagina que explicita los requisitos y que es sin duda mejor que cualquiera de los recursos contencioso administrativos que me ha tocado ver jamás.

Anónimo dijo...

Coincido con la falta de realidad de mucho del derecho civil. Me parece que el camino de sirga se previó para que los barcos se puedan remontar a tiro desde la costa. Es algo que nadie respeta y vemos que el Paraná está alambrado en muchas partes de la costa y en otras no se puede pasar por otras construcciones.
Jamás he visto una letra de cambio a pesar de todo lo que la he estudiado. Gomez Leo trae un dibujito de cómo es. En nuestro medio creo que se emplea mas el pagaré, que en las clases le dedicaron menos tiempo como si fuese el hermano segundón, pero salíste a la calle y viste que el segundón era mas importante y no lo conocés. Encima hay debates doctrinarios sobre ciertas cuestiones de la letra que no serían del todo apliables al pagaré (o sí, qué se yo...). Gran incertidumbre. En PROCESAL...!! mucha teoria de Briseño Sierra-Alvarado y salgo sin saber llenar el ticket para enviar una cédula, apenas conociendo cómo es una carátula. Ni hablar de otras materias como Internacional Privado, vaya uno a sabér cómo se instrumenta todo eso;creo que ni los propios docentes lo saben mas alla de su teoría. Una vez le fuimos a preguntar a un profe, ya recibidos, porque habia que exhortar a España por un juicio de alimentos y la respuesta nos dejó igual que antes, sin tener idea...

Publicar un comentario