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domingo, 27 de julio de 2008


Encuentro de blogs "Beers & Bloggers"

¡Confirmado!


Día: 22 de agosto (más algún día cercano -21 o 23- con alguna otra actividad)
Ubicación: a confirmar, es en Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
¿Cómo hago para participar?: hay que ir al blog de AB y completar un formulario que encuentran en el final del blog [Click]
¿Vestimenta?: elegante sport.
¿Contraseña?: bearhug. 3 veces.
¿Quiénes pueden ir?: Todos aquellos interesados en leer blogs relacionados con lo jurídico (so to speek) y de otras temáticas. Alumnos, Abogados, Recibidos no-abogados, lectores no alumnos ni abogados, etc. Siempre y cuanto tengan a bien completar el formulario del blog de AB, mencionado ut supra (1)

Más información: blog de AB [clic]
Aún más información: Lanación.com [Clic]

(1) Escribir estas cosas es clave para sentirse in en el mundo jurídico.

lunes, 7 de julio de 2008

F.A.Q. para el futuro estudiante de Derecho

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Cuando uno tiene un blog, tiene la posibilidad de instalar, o adherirse a un sistema de estadísticas de manera de informarse y analizar una serie de datos. Uno puede saber quién te visita, de qué país es, de qué página proviene, a qué secciones entró, cuánto tiempo estuvo navegando el blog, y a dónde se fue cuando se le dio por visitar otro sitio. Eso y mucho más, obviamente.

Dentro de esa información uno puede observar aquellas visitas que nos llegan de los buscadores, lo cual es lógico dado que uno conoce muchos sitios web de esa forma. Pero no sólo podemos acceder al tipo de buscador usado (99.9% usan Google) sino el tipo de consulta que la persona introdujo y que, buscador mediante, lo permitió acceder a nuestro blog.

Hay muchísimas personas que conocieron Quiero ser abogado buscando estas cosas:

  • Qué hay que estudiar para ser abogado
  • Cómo se si quiero ser abogado
  • ¿Abogacía es una carrera fácil?
  • Cuánto hay que estudiar para ser abogado
  • Introducción para ser abogado
  • Qué puedo leer si quiero estudiar abogacía
  • Cuánto tiempo toma estudiar para ser abogado
  • Qué materias se estudian en abogacía
  • Cómo se si quiero ser abogado
  • Libros recomendados para abogados.
  • Cómo estudiar razonando.
  • ¿Hay que leer mucho para ser abogado?
  • Plan de estudio de la uba.
  • Cuáles son las correlatividades de la Uba

Parece ser que en Google cuando la gente ingresa esas consultas, les ofrece algún resultado que los linkea a nuestro blog. (Para bien o para mal, esperemos que hayan conseguido algo de información.)

Me pareció interesante, entonces, hacer un pequeño F.A.Q. (algo así como las preguntas más frecuentes) para el futuro estudiante de abogacía o —en su defecto— aquel que tiene a la abogacía (me gusta, en una versión menos litigiosa, decir "Derecho") entre sus posibilidades de carrera. Comenzamos con las más importantes, teniendo en cuenta que las respuestas son personales y siempre están abiertas a críticas.

¿ABOGACÍA ES UNA CARRERA FÁCIL?

En Argentina (lugar de origen de quienes escribimos este blog) la carrera de Abogacía no goza del mayor prestigio. Se dice por ahí que una persona es lo que deba ser, y en su defecto, será un abogado. Algo así como lo residual, como “esa carrera que no tiene matemáticas y que es posible aprobarla con un mínimo de esfuerzo”.

La respuesta o refutación más sencilla es el relativismo: todo depende. Depende de qué tipo de carrera uno quiera hacer, qué energía le ponga, qué expectativas tiene, en qué cursos se inscribe y qué universidad eligió. Sobre todo importa la energía que uno le pone y las cátedras que se eligen.

La carrera de abogacía puede ser más sencilla si uno elige las cátedras menos exigentes, se consigue material resumido o precario como para buscar el 4 (cuatro) y no se interesa en lo más mínimo por aprender en serio. Aun así es imposible no dedicarle unas cuantas horas de estudio por día. Uno puede estudiar Derecho Civil Parte General con la excelentísima obra de Julio César Rivera [link] o puede rascar, en determinados casos —y mediando algo de suerte— una nota decente con una Guía de estudio [Link]. Si algun estudiante lee esto: hay Universidades donde me consta que se prepara todo Civil 1 con el libro de Cifuentes (“Elementos de…”) [link] lo cual es, sin duda, bastante precario.

La carrera de abogacía puede ser menos sencilla si uno busca las cátedras en donde se sabe que existen buenos docentes (por lo general eso conlleva exigencia) y sabe que los exámenes son complejos (no son "robables"). Este tipo de materias implica una lectura dedicada, constante, diaria. Implica adquirir bibliografía más completa/pleja y seguramente redunde en una mejor adquisición de conocimientos. Simplemente la materia la vas a saber mejor, pero te va a costar todo mucho más.

La carrera de abogacía puede ser más interesante y más completa si, además de buenas cátedras, uno participa de otras actividades. Cuidar tu promedio e interesarte en los temas puede redundar en conseguir una ayudantía, participar de seminarios de extensión, de grupos de investigación, etc. Implica poder participar de proyectos que los docentes tengan fuera de las cátedras; implica la posibilidad de ir a Congresos, Jornadas, Cursos, etc., todas cosas que van por fuera del plan de estudios. Eso ayuda aún más a la mejor preparación. Pero claro, ahí los tiempos te corren, el tiempo de estudio se te acorta y la dificultad de sobrellevar todo de manera completa aumenta. Sin embargo quien se interesa en este nivel, no lo sufre, sino que por lo general lo hace por gusto y con gusto.

Desmitificando de manera rápida: NO; no se puede ser abogado sin estudiar y no hacer nada. Sí se puede esforzarse en el mínimo indispensable para aprobar, pero eso no garantiza aprender. Y, en sentido inverso, también se pueden hacer muchas otras actividades al margen de aprobar los cursos que pide el plan de estudio que te dan una formación más completa y un pasar por la Universidad menos aburrido.

¿CÓMO/CUÁNTO/QUÉ HAY QUE LEER PARA SER ABOGADO?

Es verdad que para estudiar Derecho hay que leer. Probablemente sea el 90% de la actividad del “estudio” tradicional de las materias.

Pero para leer hay que definir qué leer. Eso viene, por lo general, en el propio programa de la materia o bien son recomendaciones que hace el docente. Sea como sea, el Derecho es uno solo y es uno quien elige la fuente bibliográfica. De allí dependerá cuánto vamos a tener que leer y cuánto vamos a tener que meditar sobre lo que leemos. ¿Por qué? Porque el menú es variado y creciente en dificultad. Esto significa que frente a una materia, en el 90% de los casos uno puede elegir entre (el rango es creciente en dificultad):

  1. Resumen de amigo
  2. El conocido resumen oficial que circula por impresiones.
  3. Las famosísimas Guías de estudio.
  4. Libro de autor pero breve (Curso, elementos de…, etc.)
  5. Libros recomendados por la Cátedra.
  6. Códigos comentados u obras superiores, para perfeccionarse.

En ejemplos prácticos, imaginemos, Derechos reales:

  1. Resumen del amigo: tiene lo indispensable para aprobar. Algunas cositas faltan pero uno se arriesga a que allí esté todo. Leer eso es pan comido, pero uno tiene 4% de chances de aprobar y un 2% de probabilidades de aprender algo. El que resume aprende resumiendo y leyendo. El que lee un resumen no aprende casi nada.
  2. El resumen oficial: siempre toda facultad tiene circulando un material resumido cuasi oficial. Algo así como el underground bibliográfico con el cual puede esperar algo mejor que el resumen precario del amigo. A veces están hechos con criterio, otras veces son desgravaciones de clases inentendibles.
  3. Las Guías de Estudio. Nuestra percepción respecto de las guías es relativa. Si bien van a ser motivo de una entrada a parte en un futuro cercano, vale decir que pueden servir, con suerte, para sacar una nota mediocre (pero aprobar al fin). Pero en otros casos, cuando los tiempos no te alcanzan, pueden darte una idea muy general sobre un tema que te permita entender tal o cual concepto y ahí sí son útiles. Si es el único material de estudio te garantiza ser un mediocre. Están repletas de errores, y algunos de ellos, muy groseros. En reales su versión está [acá]
  4. Libro de autor, pero breve. Los autores tienen, no se si por gusto o por negocios editoriales, pequeños libritos que “resumen” lo que dijeron en obras más completas. Generalmente se llaman “Curso de…” o “Elementos de…” . Son útiles; no hay que perderlos de vista cuando los tiempos nos corren. Pero siempre tienen que completarse con otro material. En caso de Derechos Reales, Beatríz Areán tiene su “Curso de Derechos reales”, editado por Abeledo Perrot [link]; esto al margen de su obra, algo más completa, que edita Hammurabi [link].
  5. Libros recomendados por la Cátedra. Son largos; por lo general 2 o 3 tomos. En Reales podemos mencionar a Mariani de Vidal [link], Papaño-Kiper y otros (muy bueno), Musto (más breve) y otros. Con estos sí se aprende. Estos necesitan dedicación y lectura consciente.
  6. Códigos Comentados: los códigos comentados son obras de difícil acceso. Tanto metodológico como económico. Metodológico porque es difícil estudiar siguiendo el criterio de Vélez. Si bien los civilistas aman decir “¡estudien del código!” la realidad es que el Código no es didáctico ni tiene por qué serlo. Para eso están los libros que organizan y sistematizan el conocimiento. En materia de Derechos Reales, estudiar la posesión —por ejemplo— siguiendo el código y sus notas es un camino al abismo; en las páginas pares Vélez dijo que era un derecho y en las impares dijo que era un hecho; uno necesita de la metodología del tratado en esos casos. El código queda descartado como material único, aun cuando sea comentado. Además, a nivel económico es difícil acceder a estas obras porque por lo general tienen más de 10 tomos (a veces hasta 20) y tienen un costo de 5000 pesos o más. Ni fotocopiar es posible. Pero para sacarse dudas MUY puntuales, ir a una biblioteca y leer unas páginas de un código comentado puede ser un acierto. Uno logra obtener sí, datos concretos sobre un instituto particular. Los más mejores: el de Rubinzal Culzoni, el de Highton-Bueres, de Hammurabi o el de Belluscio-Zannoni, que edita Astrea.

Cada materia tiene posibilidades bibliográficas variadas, dependiendo si son materias codificadas o de otro tipo. Cada materia presenta caminos de dificultad que dependen siempre del alumno.

Desmitificado rápido: ¿Hay que leer mucho? Sí, pero no se sufre. Uno se acostumbra y lo disfruta. ¿Hay que estudiar de memoria? Sí, en muchos casos y no en otros (menos). Ese tema lo comentamos [acá]. ¿Son caros los libros de derecho? Sí, mucho muy. Armarse la biblioteca de a poco es difícil pero recomendable. Todo depende, claro, del bolsillo. Pero sí, son muy caros los libros, variando de editorial en editorial. ¿Hay que leer todos los días? Sí, es lo ideal. No es como en la secundaria, donde un examen se prepara con 2 o 3 días de anticipación. Por lo general el temario es muy largo e implica llevar una lectura diaria mínima como para que una semana antes del parcial uno tenga todo leído y le reste fijar conceptos o ya estudiar detalles. Eso en un ideal; obviamente después uno anda a las corridas.

En otro momento sigo con más preguntas frecuentes de futuros estudiantes de Derecho.

domingo, 6 de julio de 2008

Catársis estudiantil

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El otro día participé por primera vez de unas jornadas de becarios e investigadores de mi facultad. La experiencia fue, claro, muy bonita: estaba, junto a dos compañeros, sentados en una larga mesa repleta de abogados que presumo juris tantum, saben mucho y tienen larga experiencia en sus disciplinas.

En una de las exposiciones se tocó el tema de la enseñanza del derecho y los (supuestos) nuevos paradigmas pedagógicos. Quienes expusieron eran docentes dedicados al área civil, rama del derecho en la cual tuve la desgracia de tener los peores profesores que andan dando vuelta por allí.

En una versión académica del temperamento de La Peleadora, admito que siempre me ofusqué mucho con los profesores de civil por apegarse al estudio memorístico y poco comprensivo de la disciplina. El amor por mantenerse en la abstracción y la poca ejemplificación, la poca practicidad de toda su exposición y de los temas que tratan.

Eso me llevó a pensar cuáles fueron las mayores frustraciones que tuve en las cursadas de Dercho Civil general, Contratos, Obligaciones, reales, y demases. Y me di cuenta que sería bueno que el docente logre que el alumno vea al mundo de manera jurídica. O dicho de manera menos pedigüeña: sería bueno que uno como alumno aprenda a ver el mundo de manera jurídica y que el docente en la medida de sus posibilidadesayude a llevar eso a cabo.

Siempre imagino a Adrian Paenza en un supermercado repleto de gente, haciendo rápidas cuentas para saber qué caja le conviene elegir para irse a su casa más rápido. Es decir que observa y piensa matemáticamente; lo tiene ya incorporado. Sólo le basta hacer algunas cuentas y elegir X caja, con la cual podrá irse rápidamente (usará estadística, cálculos básicos, u otras teorías que haya estudiado que le vengan bien a tal fin). A mi me gustaría y considero que es extensible a nivel didáctico general que uno pueda, conforme estudia la carrera, ir viendo a la realidad de la misma manera que lo hace Paenza (por poner un tonto ejemplo). Es decir, ver al mundo a través de tu disciplina. Entenderlo a través de ella.

Disclaimer: Y sí, cuando uno es abogado con 10 años de experiencia ya lo logra. Debo insistir en que estoy hablando del alumno de derecho. El que está rindiendo exámenes y tratando de entender el contrato de renta vitaliacia o la hipoteca de la parte indivisa en un condominio sin indivisión forzosa con un libro en la mano.

Alguna vez un profesor de Contratos se puso a mirar por la ventana y preguntó: "Si yo dejo mi chaleco italiano en la tintorería y para ello me dan un papelito que dice mi nombre, ¿estoy en presencia de un contrato de depósito y de un instrumento privado, respectivamente?". Yo no tenía ni idea en su momento y me mantuve en silencio. Pero de alguna manera hubo una conclusión tácita: si no se entiende el Código Civil en la realidad, no hay comprensión de nada. Es estudiar abstracciones. Uno tiene que dejar un chaleco y saber qué régimen jurídico se le aplica a ese acto, y uno tiene que saber qué naturaleza tiene los distintos instrumentos con los cuales uno convive diariamente.

Me ha tocado vivir, en las materias, una falta de "bajada" a la realidad del derecho los civiles que es terrible. Falta de ejemplificación, falta de supuestos de aplicación, falta de llevar todo a la realidad, a lo palpable. He estudiado contratos que nunca comprendí su aplicación (he cursado contratos sin una profesora que lleve si quiera UN modelo a la clase para analizarlo); he estudiado acciones reales, interdictos, acciones posesorias cuya aplicación tribunalicia nunca fue expuesta; me ha pasado infinidad de veces de estudiar con compañeros y preguntarnos ¿Y ésto cuándo se usa? ¿Y esto en qué casos se da? ¿Cómo sería un ejemplo de ésto? ¿A quién se le ocurre firmar este tipo de contrato?.

Los libros pecan, muchas veces, con el mismo error. Están hechos logicamente en un lenguaje académico y no tienen salvo raras excepciones ejemplos prácticos. Ejemplos cotidianos. Claro, uno piensa que son libros de doctrina y no aputan al estudiante. Pero aun aquéllos que son especialmente hechos para el estudiantado (manuales, cursos, elementos de..., etc.) adolecen del mismo vicio: es el tratado con un par de párrafos menos. Triste es decir, que he tenido que recurrir a las famosas Guías de Estudio para buscar ejemplos claros de ciertos conceptos que ni en los libros ni en las clases he podido encontrar.

Me da la sensación de que poco sirve estudiar institutos si uno no sale a la calle y logra percibirlos. Ello implica desde los más básicos hasta los más complejos. No dudo que llegue un punto, recibido o avanzado en la carrera, en que esta posibilidad de comprensión total se pueda lograr. Pero me parece que sería mucho más práctico que se la fomente desde el estudio más básico de las distintas materias. Se podría dejar el casette memorístico para poder decir sin temor que tal o cual concepto se entendió realmente.

Seguramente esté pesimista y haya grandes docentes de Derecho Civil por allí dando vueltas. A mi no me tocaron y hoy me toca quejarme.