En la facultad, mis amigos saben que tengo una meticulosa manía de guardar todos los exámenes que rendí. Quiero decir: cuando salgo del parcial, no existe posibilidad de que no me pida un café y me siente a tipear las preguntas del examen, en todos sus temas (consulto a otras personas para que me los comenten). Lo hice, hago y haré hasta el día que me reciba.
En épocas evaluativas y de gripe puerca, donde el tiempo para hacer una entrada digna se acorta, me doy el lujo de inaugurar un pequeño espacio de publicación de exámenes.
Voy a ir poniendo algunos que me parecieron justos; otros bochornosos; otros fáciles; otros imposibles; otros un gran desafío a la memoria; otros para pensar, etc. Hay de todo.
Arranco con uno penal parte especial.
Una de las materias que, a mi entender, me parece más desagradable de toda la carrera (frente a la siempre interesantísima parte general). Todos los delitos tienen un mar de subtemas muy interesantes y hay muy buena bibliografía dando vuelta; pero el tiempo —tirano como es— nunca es suficiente y se los estudia como un vademécum nefasto de fórmulas a fijar (tipo legal, concepto, bien jurídico protegido, la acción, tipo objetivo, tipo subjetivo, consumación, tentativa, participación y bla bla bla).
Anyway, un día fui a rendir y me encontré con una hoja que decía esto (transcripción textual, sin agregados):
Tema 3:
1. Usura.
2. Falso testimonio.
3. Encubrimiento. Receptación.
Mi indignación llevó a una anécdota que ya conté por acá.
Invito a cualquiera a que comente algún examen curioso que haya rendido, por bueno o malo que sea.