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lunes, 29 de junio de 2009

Exámenes

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En la facultad, mis amigos saben que tengo una meticulosa manía de guardar todos los exámenes que rendí. Quiero decir: cuando salgo del parcial, no existe posibilidad de que no me pida un café y me siente a tipear las preguntas del examen, en todos sus temas (consulto a otras personas para que me los comenten). Lo hice, hago y haré hasta el día que me reciba.

En épocas evaluativas y de gripe puerca, donde el tiempo para hacer una entrada digna se acorta, me doy el lujo de inaugurar un pequeño espacio de publicación de exámenes.

Voy a ir poniendo algunos que me parecieron justos; otros bochornosos; otros fáciles; otros imposibles; otros un gran desafío a la memoria; otros para pensar, etc. Hay de todo.

Arranco con uno penal parte especial.

Una de las materias que, a mi entender, me parece más desagradable de toda la carrera (frente a la siempre interesantísima parte general). Todos los delitos tienen un mar de subtemas muy interesantes y hay muy buena bibliografía dando vuelta; pero el tiempo —tirano como es— nunca es suficiente y se los estudia como un vademécum nefasto de fórmulas a fijar (tipo legal, concepto, bien jurídico protegido, la acción, tipo objetivo, tipo subjetivo, consumación, tentativa, participación y bla bla bla).

Anyway, un día fui a rendir y me encontré con una hoja que decía esto (transcripción textual, sin agregados):

Tema 3:

1. Usura.
2. Falso testimonio.
3. Encubrimiento. Receptación.


Mi indignación llevó a una anécdota que ya conté por acá.


Invito a cualquiera a que comente algún examen curioso que haya rendido, por bueno o malo que sea.
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16 comentarios:

Rocio Gp dijo...

Recuerdo haberme ido de un examen de contratos de la parte general donde me hicieron una pregunta que nunca encontre respuesta... de esto pasaron varios años y si bien ahora no recuerdo cual fue sí recuerdo mi cara de signo de pregunta y un pero hdp demasiado grande!

Volviendo al tema de Penal, por suerte estoy cursando una catedra donde los parciales estan siendo todos practicos, no voy a negar que se te enquilomba la vida y que el tiempo nunca te alcanza pero... y en mi humilde opinion, es la manera mas linda de entender y manejar la materia.

Tomás Marino dijo...

Coincido totalmente. Me enteré luego que al cuatrimestre siguiente del relatado en la anécdota esa que linkié, empezaron a tomar prácticos.

Los prácticos y los orales son los cucos de la facultad.

Javier Pallero dijo...

Yo estudio derecho, soy musico, veo muchas similitudes,
y tambien tengo un blog, que no tiene nada que ver con el derecho como este jaja...
mucha suerte en los examenes, yo tengo que sacar contratos, despues te cuento como me fue...

Unknown dijo...

Tengo miles de anecdotas, pero la que más me dió risa fue mi exámen final de Contratos:

Unica Pregunta: Libro IV del Código Civil(Relativo a Obligaciones). RESUMA!

WTF!!

Juan Pablo dijo...

Me acuerdo un exámen final de procesal penal en el que corregí a un profesor pensando que se estaba equivocando a propósito a ver si yo pisaba el palito.
Al finalizar el exámen salió fuera del aula y me dijo: " ¿Cómo vas a corregir a un profesor?..Que no te tome de vuelta yo, no te va alcanzar con saberte todo Clariá Olmedo, Maier, los fallos nuevos como BARBARÁ enteros ( que en ese momento era fresquito-fresquito), etc."
Hoy día no sé si me lo decía en broma o en serio, pero por suerte no me lo crucé más, je.

Muy bueno tu blog, está en el top 3 de los blogs jurídicos que leo, junto con el de Bovino y Arballo.

Saludos

Tomás Marino dijo...

Juan Pablo, es dable pensar que te lo habrá dicho en chiste. Caso contrario es un pobre imbécil.

Igualmente es todo un tema corregir a un profesor. Creo que hay veces en que los alumnos tenemos ciertas "patologías" típicas. Una de ellas es que si un profesor nos cae mal, parecería que estamos esperando que se equivoque para marcarle el error (nosotros, que tenemos el libro en la mano).

Eso está mal. Si vemos que un tipo se equivoca, no hay que decírselo de mala manera, ni mucho menos. Equivocarse es normal y no hay que ser justiciero de los docentes (ni MUCHO MENOS de un ayudante alumno). A lo sumo comentarlo como duda y no más. O esperar que termine la clase y comentárselo para que nos confirme si lo que dijo es tal cual como es.

Sí me pasó de estar en un parcial —o en una clase, no recuerdo— y discutir con el docente (camarista de no importa qué fuero) sobre la inconstitucionalidad de una reforma a una ley que ese mismo docente había firmado como constitucional en un fallo de hacía unos días antes.

Me había leído su fallo, me había leido sus clases y los autores más copados del tema, y defendí mi tesis con mucha altura y siendo muy respetuoso. Jamás patán o irreverente. El examen se transformó en un diálogo genial. Debatimos un ratito interesante.

Lo curioso es que a fin de año la Suprema de Buenos Aires declaró la inconstitucionalidad de esa reforma.

Creo que si como alumnos planteamos debates de buena manera, vamos a encontrar alguien que esté dispuesto a debatir. Si vamos a marcarle el error de mala leche, nos va a responder con algún corte autoritario para que simplemente nos callemos la boca. Y van a tener razón.

Anónimo dijo...

en un examen de procesal civil, una de las preguntas era: Viscisitudes de la demanda.
Despues me enteré que era un subtitulo del libro de Palacio.

Anónimo dijo...

Perdón por la intromisión, pero... ¿qué cátedra de penal estás dando?

Tomás Marino dijo...

¿Yo? No estoy dando ninguna cátedra de penal. A menos que le hables a otro.

¡Dejen nombre che, así nos conocemos!

Alberto Bovino dijo...

Tomás:

El tipo que hizo ese examen no es un docente, es sencillamente un imbécil. En primer lugar, no dio consigna alguna, con lo cual no sabés si lo que espera que escribas es el número de artículo de cada una de las figuras en el CP, o las huevadas que dice en el libro que te dio para estudiar, o las mayores huevadas que él dio en clase.

En segundo lugar, evaluar la capacidad de memorización de esas cosas, ¿para qué mierda sirve? No es necesaria una universidad para eso, se podría estudiar derecho por correspondencia —de la de antes, de la que te trae el cartero—.

Los abogados trabajamos con códigos y con libros. Ningún cliente va a llegar, sentarse y decirnos:

"Usura: definición, concepto, naturaleza jurídica, jurisprudencia".

para que nsosotros empecemos a repetir como loros cosas sin sentido.

Siempre me pregunté por qué extraña razón personas como éstas pretenden ser docentes. No es que yo sea un profesor, sólo soy un abogado que da clase. Pero además de contar con un grupo de auxiliares docentes que son una maravilla, le pongo huevos, y trato de transmitir la pasión que yo siento por el tema del curso. Y después de todo, los cursos, para lo que hay, no salen mal.

Saludos,

AB

Jonathan Pita dijo...

Una vez me mandaron a recuperatorio en comercial porque no pude decir de memoria el orden de cada de inciso del art. 8 del codigo de comercio (actos de comercio)... tuve serias ganas de cometer abogofagia (o sea, comerme a la profesora...) en fin... me lo aprendí, me volvió a tomar esa estupidez y acá estamos, no recuerdo casi ningún inciso... Pero le di lo que quería.

pic dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con lo que planteás. Estudio Derecho y odio que se priorice la memoria no inteligente, el repetir el libro en el orden que exponen los temas, y la redacción mala. Una vez, en mi primer civil, recuerdo haberle dicho al profesor "Pero la mente no es como un trencito por el que uno va de estación en estación, y sigue el caminito repitiendo los temas en el orden del libro...". Me miró con cara de no entender. Ahí me dí cuenta que, si quería seguir con derecho (como finalmente hice), la carrera la iba a llevar adelante por inercia, con poco entusiasmo, y con aburrimiento. En eso sigo.
Saludos,
PIC

PIC dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con lo que planteás. Estudio Derecho y odio que se priorice la memoria no inteligente, el repetir el libro en el orden que exponen los temas, y la redacción mala. Una vez, en mi primer civil, recuerdo haberle dicho al profesor "Pero la mente no es como un trencito por el que uno va de estación en estación, y sigue el caminito repitiendo los temas en el orden del libro...". Me miró con cara de no entender. Ahí me dí cuenta que, si quería seguir con derecho (como finalmente hice), la carrera la iba a llevar adelante por inercia, con poco entusiasmo, y con aburrimiento. En eso sigo.
Saludos,
PIC

Cristobal dijo...

Hola Tomas Marino! es un placer comentarte hace un par de meses encontre tu blog , y quiero comentarte que tambien soy alumno de derecho estudio en la UNL este es mi segundo año de carrera (tengo 19 años) y tu blog con el toque de ironia que tienen algunas notas demuestra muchas veces lo que nos pasa a todos los estudiantes a nivel nacional! no si se tengo alguna anecdota en particular pero queria trasmirte mi alegria cada vez que entro a esta pagina un abrazooo saludos.

Matias dijo...

En cada examen, siempre tuve una anecdota, aunque no me haya pasado a mi.
Siempre hay algo para contar

Anónimo dijo...

hay profesores que son buenas personas y otros piensan en cagar nomas para sentirse mejor ellos por suerte son los menos creo yo

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